Debido a su uso por los hablantes en el correr del tiempo, las palabras se van modificando en sus sonidos o letras (al pasar de un idioma a otro o en la propia lengua), suprimiendo en algunos casos vocales o consonantes.
La aféresis
Cuando la supresión es al principio de un vocablo, se conoce como aféresis (que significa retirar, quitar, sustraer, restar). Ejemplos: del latín scientia a ciencia; apotheca (depósito, almacén) a bodega; schedula (diminutivo de scheda, hoja de papel) a cédula; “Toño”, hipocorístico de Antonio, “Lupe”, de Guadalupe, “Nando” de Fernando; seudónimo por pseudónimo; sicología por psicología; tolemaico por ptolemaico (de la dinastía fundada por Ptolomeo I).
La síncopa
Cuando la supresión es dentro del vocablo, se conoce como síncopa (que significa cortar, reducir). Ejemplos: del latín tabula a tabla, de oculus a ojo, de caldus (caliente) a caldo, de regula a regla, Navidad por natividad.
La apócope
Cuando la supresión es al final de un vocablo, se conoce como apócope. Ejemplos: “san”/ santo, “tele”/televisión, “bici”/bicicleta, “moto”/motocicleta, “foto”/fotografía, “tan”/tanto, “Gaby”/Gabriela, “Ari”/Ariana, “Liz”/Lizbeth, “Dani”/Daniel o Daniela, “Rafa”/Rafael, “Leti”/Leticia, “Rober”/Roberto, “Fer”/Fernando, “Tere”/Teresa, “Álex” o “Ale”/Alejandro o Alejandra, “Isra”/Israel.

Existen adjetivos que, cuando van antes de sustantivos masculinos singulares, se utilizan como apócope. Ejemplos:
Alguno (algún). “¿Tienes algún problema, te puedo ayudar?”, “Ojalá algún día me pague”.
Ninguno (ningún). “¿No hay ningún problema, ¿verdad?”, “No ha llegado ningún invitado aún”.
Uno (un). “Yo sólo tengo un perro”, “¿Me prestas un peso?”. Puede escribirse “un” antes de cualquier sustantivo femenino que comience con la vocal “a” acentuada: “un águila”, “un alma”, “un arpa”.
Bueno (buen). “Que tengas un buen día”. Cuando hay varios adjetivos juntos pueden o no ser apócopes ambos. Ejemplo: “Todo indica que hoy será un buen y magnífico día”, “Mi primer y buen amigo, te comprendo” o “El bueno y magnífico señor resultó un delincuente”.
Malo (mal). “Escuché un mal presagio” o “Hoy tuve un mal primer día, pero mañana será mejor”.
Primero (primer). “Estamos en el primer lugar de ventas”, “Es el primer capítulo”. También en los ordinales compuestos: “Esperamos la llegada del primer ministro” o “Será nuestro vigesimoprimer aniversario”;
Tercero (tercer). “¡Es el tercer premio que ganamos!”. La apócope es opcional si el ordinal aparece antepuesto y coordinado con otro adjetivo: “mi primero y último amor” o “mi primer y último amor”.
Santo (san). “El patrono de los periodistas y escritores es san Francisco de Sales” o “el apóstol San Pedro” (por eufonía –sonoridad– no se hace apócope ante los nombres de los santos que comienzan con “do” o “to”, como “Santo Domingo”, “Santo Tomás”, “Santo Toribio” o Santo Tomé”).
Grande (gran). A diferencia de los anteriores adjetivos que funcionan como apócope antes de sustantivos masculinos singulares, éste lo hace también con sustantivos femeninos singulares. Además el significado entre “grande” (característica física) y la apócope “gran” (característica moral o intelectual) es distinto. Ejemplo: “Es una ciudad grande”, “Es un gran espectáculo” / “Una gran mujer”, “Un gran escritor”.
También hay adverbios que funcionan como apócope. Ejemplos: Recientemente (recién), “Saludemos a los recién llegados”; Cuánto (cuán), “Cuán distinto es mi corazón sin ella”; Tanto (tan), “Estoy tan contento como nunca”.
Entre sustantivos suele registrarse también la apócope, como en “Jesús” y “Cristo” cuando se escriben como uno solo, “Jesucristo”.
Imágenes: pexels-Feng Zou, Craig Adderley. Fuentes: Diccionario de la RAE, Diccionario panhispánico de dudas, Biblioteca virtual Cervantes.