Este signo ortográfico (…) permite enfatizar momentos en un discurso. De acuerdo con la intención de un autor, las siguientes son sus posibles aplicaciones.
Cuando en el relato se desea expresar duda, vacilación, temor o suspenso. Ejemplo: “Quería preguntarte… No sé…, bueno…, si quieres ser… mi novia…” (si los puntos suspensivos finalizan el enunciado, no se añade punto de cierre).
Después de los puntos suspensivos que finalizan el enunciado, como en el ejemplo anterior, se inicia con mayúscula. “Estuvieron aquí Darío, Manuel, Valeria… Todos preguntaron por ti”. Pero si el enunciado continúa, se emplea minúscula. Ejemplo: “Este fin de semana iremos… ¡a caminar por el bosque!”.
Las oraciones con puntos suspensivos se puntúan igual que si no los tuvieran. Ejemplo con coma: “Me encantaría ir…, pero debo acabar mi tarea”. Ejemplo con punto y coma: “Mañana traerán la mesa, las sillas, los cuadros…; entonces sí será una casa”. Ejemplo con dos puntos: “Hay cada vez más visitantes franceses, italianos, alemanes…: ¡crece el turismo en Acapulco!”.
En el caso de que haya signos de interrogación o de exclamación, los puntos suspensivos se colocan adentro si el enunciado está incompleto. Ejemplo: “¡Te dije que no…! Es inútil, nunca haces caso”. Afuera si está completo. Ejemplos: “¿Me habrá traído los libros?… Seguro que sí”, “¡Cuidado con la sartén!… ¿No ves que te vas a quemar?” o “Abrí la puerta y… ¡horror!… Firulais había destrozado todo.”.
Si tras una abreviatura hay puntos suspensivos, se escriben cuatro puntos: “admón., núm., pág….”. Pero no en el caso de “etcétera” o su abreviatura (“etc.”) pues al tener el mismo valor que los puntos suspensivos resultarían redundantes. Ejemplos de un mal uso: “Los grandes grupos animales: mamíferos, aves…, etc.” o “Los grandes grupos animales: mamíferos, aves, etcétera…”. Lo correcto sería: “Los grandes grupos animales: mamíferos, aves…” o “Los grandes grupos animales: mamíferos, aves, etc.”.

Otros usos de los tres puntos… son
Enfatizar una expresión. Ejemplo: “Ser… o no ser… Esa es la cuestión”. O sólo marcar una interrupción. Ejemplo: “Sí, lo respeto mucho, pero…”.
Omitir un final que se da por entendido, como al utilizar un refrán. Ejemplo: “Más vale aquí corrió… ¡Vámonos!”.
Insinuar, evitando su reproducción, expresiones o palabras malsonantes. Ejemplo: “¡Hijo de… No lo soporto más!”.
Evitar la repetición completa de una cita, título o frase mencionada. Ejemplo: “El amor en los tiempos del cólera es una novela dedicada al amor que perdura. En El amor en… el colombiano Gabriel García Márquez hace un homenaje a…”
Señalar la falta de fragmentos de texto antes o después de la frase que se presenta: «Al final de la obra, don Quijote pide “…un confesor que me confiese y un escribano que haga mi testamento…”» o El monólogo termina así: “…que toda la vida es sueño, y los sueños, sueños son”.
Indicar entre corchetes la omisión de una palabra o un fragmento de una cita. Ejemplo: “Fui don Quijote de la Mancha y soy agora […] Alonso Quijano el Bueno”.
Imágenes, Karolina Grabowska, pixabay. Fuentes: Diccionario panhispánico de dudas, Ortografía de la Lengua Española, Fundéu, Diccionario del Español de México.