Los textos bien corregidos siempre ayudan a cualquier propósito, y un buen comienzo es estar en el lugar correcto.

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Signos de interrogación y admiración

by | Feb 3, 2021 | Ortografía

Signos de interrogación y exclamación

El español es la única lengua en la que los signos de interrogación (¿ ?) y exclamación (¡ !) son dobles: de apertura y cierre.

Los de interrogación indican una pregunta y se leen con entonación interrogativa. Ejemplo: “¿Cuál es tu nombre?”.

Los de exclamación expresan alegría, asombro, deseo, mandato, súplica o sorpresa. Ejemplo: “¡No lo puedo creer!”.

Después de ambos puede colocarse cualquier signo de puntuación, excepto el punto pues los signos de cierre ya lo incluyen (?) (!), y la oración siguiente debe comenzar en mayúscula. Ejemplo: “¿Cuál es tu nombre? ¿En serio? ¡Qué pequeño es el mundo! Yo también me llamo Pedro” o “¡Cuidado!… Por poco te caes”.

En un enunciado, las interrogaciones también pueden separarse por coma o punto y coma. Ejemplos: “Cuando pedí el café, me preguntaron: ¿Quieres capuchino o latte?, ¿en vaso grande o chico?, ¿con galletas? ¡Yo no quería galletas!; ¡no tienen chispas de chocolate!; ¡me tomé sólo el café!”, “La combinación de café y galletas, ¿quién lo podría dudar?, es deliciosa; ¡es lo que más me gusta!” o “Vamos a ver el reloj… ¡No puede ser!, ¿ya son las tres?; es tardísimo”.

La interrogación o admiración se abren justo donde empieza la pregunta o exclamación, y se inician con minúscula. Ejemplos: “Tomando en cuenta esos datos subsecretario, ¿cuándo terminará la vacunación?” o “Una vez vencido el virus ¡podremos visitar a nuestros amigos!”.

Los vocativos y las construcciones u oraciones independientes pueden ir fuera o dentro de la interrogación o exclamación según el lugar que ocupen en el enunciado. Ejemplos: “Hijo, ¿ya terminaste tu tarea? / ¿Ya terminaste tu tarea, hijo?” o “Deberías apurarte, ¡ya es muy tarde! / ¡Ya es muy tarde, deberías apurarte!”.

Solos, los signos de interrogación de cierre, colocados entre paréntesis, se utilizan para expresar duda o extrañeza; o los de exclamación, cierta ironía. Ejemplos: “Dice que las mejores (?) son las galletas con chispas de chocolate” o “De todas las personas del mundo y tenía que encontrarme con otro Pedro (!)”.

Cuando una exclamación la componen elementos breves que se duplican o triplican, los signos encierran a todos. Ejemplo: ¡Ja, ja, ja! En obras literarias, para un mayor énfasis, suelen escribirse varios signos. Ejemplo: ¡¡¡Traidor!!! También, al escribir fechas, los signos de interrogación pueden expresan que un dato no está plenamente confirmado. Ejemplo: Matusalén (3317-¿2105 a. C.?).

Imágenes: Ann H en Pexels, pixabay. Fuentes: Fundéu, Diccionario panhispánico de dudas.

¿Qué es la gramática?

Esta rama de la lingüística estudia la estructura del lenguaje o de una determinada lengua; todos sus distintos elementos y combinaciones, la manera en que se relacionan para formar textos y los significados de ellas. Es decir, cómo están constituidos los escritos y el sistema que permite crearlos e interpretarlos.

Comprende dos áreas principales: la morfología (la estructura de las palabras, cómo se han formado, y sus variaciones internas, por ejemplo su clasificación en sustantivos, adjetivos, verbos, adverbios, preposiciones…) y la sintaxis (la manera en que estas palabras se combinan, su disposición lineal en oraciones y los significados que permiten).

Una correcta sintaxis evita vicios del lenguaje como ambigüedades (frases o interpretaciones que tienen más de una interpretación), cacofonías (repetición exagerada de un mismo sonido en una frase), barbarismos (pronunciar o escribir mal las palabras, o utilizar vocablos impropios), modismos (usar frases hechas cuyo significado no es posible deducir), solecismos (alteraciones en el orden sintáctico), entre otros, a fin de formar expresiones y conceptos claros.

La fonética, por su parte, mediante un alfabeto, ortografía o sistema de transcripción trata de establecer idealmente una relación biunívoca (uno a uno) entre los sonidos del habla y su representación gráfica. Un fonema es representado por un grafema y siempre se manifiesta únicamente por él, aunque hay varias excepciones en el español, como la “h”, que no representa a ningún fonema, pero recientes préstamos de otras lenguas, como “hámster”, la expresan con un sonido aspirado. O el caso del fonema “k”, al que le corresponden tres grafemas distintos, “c”, “q” o “k”, como en “corazón”, “quiosco” o “kilo”. La “x”, en su caso, se pronuncia como “ks” en “taxi”.

En un punto de vista más general, podría decirse que hay tres tipos de gramática: la que por su uso natural conoce cualquier nativo de una lengua; la descriptiva, que no entra en consideraciones de qué es lo correcto o no, sino sólo toma nota de una lengua tal como la usan los hablantes, con todas sus variaciones; y la normativa, de la que hemos hablado más arriba.

Cuando revisa un texto, el corrector de estilo percibe erratas, errores de concordancia, fallas de puntuación, aplica recursos tipográficos, unifica criterios (corrección ortotipográfica), errores de contenido (corrección de concepto, según la temática), aumenta la riqueza del vocabulario, señala vicios del lenguaje y cuida la coherencia y claridad de ideas, la fluidez y el goce de la lectura, siempre respetando la manera de redactar del autor. No es una labor fácil, por ello se requiere de experiencia y conocimiento.

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