La sintaxis –es decir, el cómo combinamos las palabras o grupos de ellas para expresar significados– es un área de la gramática. Es muy importante tenerla en cuenta porque al escribir solemos caer en formas de construcción del texto o aplicación de vocabulario inadecuadas que desfavorecen el flujo de los conceptos y su interpretación correcta.
Las ideas deben ser claras y lo mejor es expresarlas en oraciones cortas (sujeto, verbo y complemento), en lenguaje sencillo y con creatividad. Los siguientes son los “vicios” o deficiencias más comunes al redactar:
- Escaso vocabulario. Al utilizar de manera constante una misma frase o palabra por desconocimiento de la gran variedad léxica, el escrito se vuelve repetitivo y monótono. Ejemplos: “La canción me gustó mucho, ya la había cantado yo antes, porque es de las canciones más tradicionales” o “Debemos valorar en todo lo que valen nuestras acciones, pues son muy valiosas”.
- Barbarismos. Consisten en escribir de manera errónea (o pronunciar mal) las palabras. Ejemplos: “fuertísimo”, en lugar de “fortísimo”, o “fuerzudo” por “forzudo”, “haiga” por “haya”, “¿fuistes a la fiesta?”, “Grasias por cer mi amigo”. También incluye a los extranjerismos no incorporados totalmente al idioma.
- Extranjerismos. Su uso es innecesario cuando existen vocablos equivalentes en español con el mismo matiz –ticket en lugar de “nota” o “recibo”, show por “espectáculo”, “tu vestido está muy nice [bonito]”, “vámonos de shopping [compras]”, “dale like [me gusta] a mi publicación”, “voy a enviar un mail” [correo electrónico], “Nos vemos, bye“.

- Neologismos. Son las palabras o nuevas acepciones que van surgiendo en el uso lingüístico –de modo informal o en entornos familiares– y que aún no han sido incorporadas en el diccionario de la Real Academia. Por ejemplo, el término “gandalla” aún no es registrado por la RAE aunque sí en el Diccionario de Mexicanismos de la Academia Mexicana de la Lengua; contrario a “güey” , que sí es reconocido por la RAE.
- Solecismos. O errores de concordancia debido a una deficiente construcción gramatical. Ejemplos: “hubieron manifestaciones” en lugar de “hubo manifestaciones”, “prepararé el plan para estudios” en lugar de “prepararé el plan de estudios”, “en base a” en lugar de “con base en”, “por
loconsiguiente” en lugar de “por consiguiente”, “en relación a” en lugar de “con relación a”, “Habloa[en] nombre de”, “La[El] área de juegos está ocupada”.
- Cacofonías. Se trata de la repetición monótona de un mismo sonido –letras o sílabas–, lo que en el argot de la corrección se conoce como “versos sin esfuerzo”. Ejemplos: “El barítono cantaba baladas románticas”, “Cuando cayó yo lo vi”, “Cada camino cambia tu vida”, “El abogado salió enojado del juzgado” o “Va a Acapulco de vacaciones”. Este último es un hiato cacofónico, que consiste en repetir la misma vocal en sílabas o palabras próximas.
- Anfibologías. Construcciones gramaticales que dan pie a interpretaciones erróneas; hay una ambigüedad que es necesario aclarar. Ejemplos: “¡Manuel, el pescado está listo para comer!”, “El burro de Pepe me espantó”, “Se venden calcetines para caballero de lana” [Se venden calcetines de lana para caballero], “La gata [mascota] de mi vecina maúlla mucho”, “Prohibido fumar gas inflamable”, “Es un aceite para piel de coco”, “Te compré una calculadora de bolsillo de pilas”, “Zapatos de piel de niño”, “Son platos para fiestas desechables”, “Ropa elegante para señoras de moda”, “Tomaré un café solo…”, “El arqueólogo Ernesto Schiaparelli descubrió la tumba de la esposa favorita de Ramsés II en el Valle de las Reinas”.

- Redundancia. La Real Academia Española la define como “cierta repetición de la información contenida en un mensaje, que permite, a pesar de la pérdida de una parte de éste, reconstruir su contenido”, es decir, la reiteración de información ya incluida –en líneas o párrafos atrás– en un mismo texto y que no aporta nada nuevo.
- Pleonasmos. Son un tipo de redundancia que consiste en añadir a una oración palabras innecesarias para enfatizar una idea. Este recurso es admisible como figura retórica o literaria a fin de aumentar expresividad a lo dicho [“En fuga irrevocable huye la hora”], sin embargo en el uso común al escribir es mejor evitarlo, como en “¡Lo vi
con mis propios ojos!” o “Cállatela boca“.
- Metátesis. Es el cambio de lugar de algún sonido en un vocablo, por ejemplo “Grabiel” en lugar de “Gabriel, “humadera” [humareda], “delen” [denle], “cocretas” [croquetas], “metereología” [meteorología], o “murciégalo”, éste ya aceptado por la RAE.
- Arcaísmo. Es un elemento lingüístico cuya forma o significado, o ambos a la vez, resultan anticuados en relación con un momento del texto. Por ejemplo, “agora” con el significado de “ahora”, “entuerto” por “agravio”, “orear” en lugar de “secar” o “airear”, o “cincho” (correa).
Imágenes: MasterTux, GraphicsSC, Robin Higgins.