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Gramática

Ortografía

Redacción

by | Ene 25, 2021 | Ortografía

Solo ¿con o sin tilde?

Esta palabra puede funcionar como adjetivo (con el significado de “en soledad”) o adverbio (con el significado de “solamente”). Ejemplos: “Juan trabaja solo de lunes a viernes” (es decir, sin compañeros) o “Juan trabaja sólo de lunes a viernes” (no el fin de semana).   

En su última edición la Ortografía de la lengua española (2010) planteó que “solo” no debe tildarse, incluso en caso de ambigüedad, pues desde el punto de vista académico no cumple el requisito fundamental para el uso de la tilde diacrítica, que es oponer palabras tónicas o acentuadas (“tú”, por ejemplo) a palabras átonas o inacentuadas idénticas (“tu”, en el mismo ejemplo); “sólo” y “solo” son partículas tónicas en las que, indica, se puede prescindir de la tilde.

En caso de ambigüedad sugiere el empleo de sinónimos (solamente o únicamente, para el adverbio sólo), una puntuación adecuada, la inclusión de algún elemento que impida el doble sentido o un cambio en el orden de palabras que favorezca una única interpretación.

Sin embargo, la Academia Mexicana de la Lengua sí está a favor de conservar la tilde en el adverbio sólo pues como signo ortográfico el acento diacrítico se utiliza “para dar a una letra o una palabra un valor distintivo” (Diccionario de la lengua española, 2001). Además, didácticamente permite distinguir categorías gramaticales y, sobre todo, establecer relaciones entre palabras a nivel sintáctico y semántico.

Es decir, al menos en México el adverbio “sólo” sí es válido continuar tildándolo.

Por su parte, la conjunción disyuntiva “o” se debe escribir sin tilde cuando aparece entre palabras, cifras o signos. De acuerdo con la Ortografía de la lengua española es átona (se pronuncia sin acento) y distinguible del número 0. Ejemplos: “¿Quieres té o café?”, “Terminaré dentro de 3 o 4 días”, “Escriba los signos + o – en la casilla que  corresponda”.

Imagen: pexels-pixabay. Fuentes: Academia Mexicana de la Lengua, Ortografía de la lengua española (2010).

¿Qué es la gramática?

Esta rama de la lingüística estudia la estructura del lenguaje o de una determinada lengua; todos sus distintos elementos y combinaciones, la manera en que se relacionan para formar textos y los significados de ellas. Es decir, cómo están constituidos los escritos y el sistema que permite crearlos e interpretarlos.

Comprende dos áreas principales: la morfología (la estructura de las palabras, cómo se han formado, y sus variaciones internas, por ejemplo su clasificación en sustantivos, adjetivos, verbos, adverbios, preposiciones…) y la sintaxis (la manera en que estas palabras se combinan, su disposición lineal en oraciones y los significados que permiten).

Una correcta sintaxis evita vicios del lenguaje como ambigüedades (frases o interpretaciones que tienen más de una interpretación), cacofonías (repetición exagerada de un mismo sonido en una frase), barbarismos (pronunciar o escribir mal las palabras, o utilizar vocablos impropios), modismos (usar frases hechas cuyo significado no es posible deducir), solecismos (alteraciones en el orden sintáctico), entre otros, a fin de formar expresiones y conceptos claros.

La fonética, por su parte, mediante un alfabeto, ortografía o sistema de transcripción trata de establecer idealmente una relación biunívoca (uno a uno) entre los sonidos del habla y su representación gráfica. Un fonema es representado por un grafema y siempre se manifiesta únicamente por él, aunque hay varias excepciones en el español, como la “h”, que no representa a ningún fonema, pero recientes préstamos de otras lenguas, como “hámster”, la expresan con un sonido aspirado. O el caso del fonema “k”, al que le corresponden tres grafemas distintos, “c”, “q” o “k”, como en “corazón”, “quiosco” o “kilo”. La “x”, en su caso, se pronuncia como “ks” en “taxi”.

En un punto de vista más general, podría decirse que hay tres tipos de gramática: la que por su uso natural conoce cualquier nativo de una lengua; la descriptiva, que no entra en consideraciones de qué es lo correcto o no, sino sólo toma nota de una lengua tal como la usan los hablantes, con todas sus variaciones; y la normativa, de la que hemos hablado más arriba.

Cuando revisa un texto, el corrector de estilo percibe erratas, errores de concordancia, fallas de puntuación, aplica recursos tipográficos, unifica criterios (corrección ortotipográfica), errores de contenido (corrección de concepto, según la temática), aumenta la riqueza del vocabulario, señala vicios del lenguaje y cuida la coherencia y claridad de ideas, la fluidez y el goce de la lectura, siempre respetando la manera de redactar del autor. No es una labor fácil, por ello se requiere de experiencia y conocimiento.

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